“Talita cum”, le dijo Jesús a la niña que yacía sin vida.
“Niña, a ti te digo: ¡levántate!”.
A veces no estamos muertas… pero tampoco vivas.
Seguimos respirando, pero con el alma en pausa.
Y yo escribo esto para ti, mujer de alma sensible y cuerpo cansado, que aún guarda flores dormidas por dentro.
El llamado eterno de Jesús a las hijas del mundo
En el Evangelio de Marcos (5:41), Jesús toma de la mano a una niña y le dice “Talita cum”, que significa: “Niña, a ti te digo, ¡levántate!”.
Ese momento no fue solo un milagro del pasado. Es un susurro eterno que atraviesa siglos.
Es Dios hablándole al alma de cada mujer que un día se sintió apagada, rota, anulada, atrapada.
Talita cum no es solo una frase.
Es una instrucción del cielo.
Una llave para las que han dejado de soñar.
Un empujoncito divino para volver a vivir… pero de verdad.
¿Te has sentido muerta en vida?
Tal vez sigues trabajando, cuidando, publicando, cocinando…
pero por dentro sientes que algo se apagó.
Ya no creas como antes.
Te cuesta orar.
Tu arte duerme.
Tu cuerpo pesa.
Te tragas las palabras.
Y lo peor: te culpas por sentirte así.
Yo he estado ahí.
No una, sino muchas veces.
Y fue en esas noches donde aprendí que no se trata de forzarse a brillar,
sino de entregarse al Amor que resucita lo que parecía muerto.
Talita cum es florecer
Cuando Jesús le dijo “Talita cum” a la niña, también le habló a la niña dentro de ti.
Esa que tenía planes, que hablaba sin miedo, que cantaba, que danzaba, que soñaba con ser libre.
Hoy, esa niña necesita tu permiso para volver a la vida.
Florecer no es ser perfecta.
Es animarse a despertar después de tanto adormecimiento.
Es mirar tu reflejo y decir: “Dios, aquí estoy. No sé cómo, pero quiero vivir con propósito”.
Es escribir aunque te tiemble la voz, pintar aunque no te compren aún, amar aunque aún duela, caminar con fe aunque no veas.
Esta carta es tu Talita Cum
Si estás leyendo esto, no es casualidad.
Quizá esta carta llegó para recordarte que no estás sola, que no estás rota, que no estás tarde.
Hoy, en el nombre de Jesús, en el poder del Espíritu Santo, en la ternura de María…
te digo:
Talita cum, mujer.
Florece.
Levántate del miedo.
Vuelve a ti.
Que tu alma despierte.
Y que el mundo vea la luz que Dios sembró en ti desde el principio.
Con todo mi amor,
Arianna Martes
Tu bestie en este camino de florecer
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